Pensamientos libres

"Creo que los animales ven en el hombre un ser igual a ellos que ha perdido de forma extraordinariamente peligrosa el sano intelecto animal, es decir, que ven en él al animal irracional, al animal que ríe, al animal que llora, al animal infeliz."

Friedrich Wilhelm Nietzsche

sábado, enero 26, 2013

Crónicas de un loco IV


CRÓNICAS DE UN LOCO IV

Sensaciones que dejaste atrás, acciones que decidiste no volver hacer, relaciones que pensabas que iban bien, que no existían mentiras o al menos que no solían engañarte.

Pero te das cuenta de que todo en lo que creíste una vez, empieza a desmontarse por su propio peso, ofreces tu confianza para nada, te esfuerzas para que otros se aprovechen y cuando algo va mal siempre te dan la espalda, aquellos en los que confiaste en momentos difíciles, y les ofreciste tu ayuda para que siguieran adelante, te das cuenta de que no ha servido de nada y todo deja de ser un simulacro de la cruda realidad. No tienes nadie en quien apoyarte, y quien diga que confíes, hazlo lo justo jamás sabrás por donde acabará, ya que nadie es quien dice ser. 

He vuelto, encerrado, entre mis cuatro paredes blancas, aquellas que hace años deje de entrar y reflexionar, pero esta vez son diferentes, no siento que tenga que reflexionar, es más incluso mi celda ha cambiado, en las paredes hay un punto negro, puntos que al parecer se van haciendo más grandes a medida que avanza el tiempo y creo que mi prisión blanca, acabará por ser negra, sumida en la profunda oscuridad y esta habitación dejará de ser para reflexionar sobre errores cometidos, como podía hacer antes.
Tengo miedo, de que esta oscuridad no afecte solo a la celda sino también a mí, que consiga penetrar en mi interior y hacer que me haga cambiar a alguien que no quiero ser. Debo concentrarme en conseguir una solución, para que esta oscuridad, el mismísimo odio que la corroe no me consuma por dentro ni se apodere de mi celda.
 
Recuerdo que cuando entre aquí por primera vez, pensaba que el resplandor del blanco me entrecortaba la respiración, se adentraba tanto en mi que incluso sentía que se me paraba el corazón, pero tras venir tantas veces, encontré la paz en esta prisión y podía reflexionar sobre temas en los que normalmente no pensaba, pero esta tenebrosidad que está consumiendo tanto mi celda como a mí, me da miedo, no me deja pensar con tranquilidad no existe ninguna paz, que me permita relajarme y disfrutar del momento de soledad. Tengo que encontrar la salida, para volver al estado inicial y a si encontrar las soluciones de mis problemas.

Este odio que siento viene precedido de acontecimientos que nunca esperé, pero no debo odiar, ni sentir ningún tipo de rencor.
La celda cada vez es más oscura, casi no puedo distinguir las zonas blancas, hay tanta lobreguez que todos mis miedos salen a la luz...
La luz... eso es si consigo superar estos miedos, conseguiré  mi preciada celda blanca. Debo de admitir que me he asustado, que no podía con la situación, y me han planteado una salida fácil, la cogí con fuerza y no la he soltado. Aunque haya aceptado escapar en otra dirección, en vez de enfrentarme de cara al problema no tenía más remedio que acogerme a ello. Pero no he escogido yo esta circunstancia, simplemente acepté el hecho de que era la mejor de las soluciones a los problemas que estábamos teniendo.

Al fin lo he entendido, no tengo que temer a la oscuridad, es ella quien teme que la deje encerrada, debo de conseguir un equilibrio entre la pureza del blanco y la tenebrosidad del negro, ese equilibrio consigue la paz en mi, y estar satisfecho con mis acciones, sean las que sean.

He de olvidar en tener un sitio limpio de impurezas, para reflexionar, tengo que unirlos, aprovechar ambos pensamientos y descubrir quién soy en realidad.

Ahora sí, tengo una celda mezclada, rasgos de oscuridad y claridad, un degradado perfecto de negro a blanco, aquí es donde quiero venir para pensar, al fin puedo decir que encontré mi sitio de reflexión.

martes, marzo 09, 2010

Expedición: Esplugues - El Prat

Te levantas asombrado, porque está nevando cosa inhabitual en tu pueblo, estabas advertido por las noticias, que aquello sucedería pero jamás pensaste que acabaría de aquella manera...

Al levantarte decides ir a tomar un café, para despejarte del día anterior que fue algo duro. Mientras disfrutas del café, en las noticias ya decían que algunas ciudades y pueblos podrían quedar incomunicados, cosa normal, piensas allí arriba nieva de costumbre, si aprieta sería normal.

El día empieza bien, vuelvo a casa para prepararme la comida, intentar reparar el iPod de una amiga que se le había borrado todo, tras ver que no puedo hacer nada, por el momento, ceso los intentos y decido que lo haré a la vuelta del trabajo.
He comido y me dispongo a salir de casa para coger el autobús y poner rumbo al trabajo, al salir de casa, ya ves que la cosa ha apretado algo más de lo normal, pero no le das importancia ya que sabes que esa nieve no cuajará, es más, aprecias que es aguanieve, que ni te molestas para abrir el paraguas.
Me subo al autobús, con ganas, para dejar de tener frio, ya que el viento me hacía tiritar. Mientras voy llegando hacía la parada en la que tengo que hacer el cambio de bus, ya ves como algunos de los coches, traían nieve encima, y asombrado pensabas joder sí que ha apretado por aquí. Me bajo del L10 para coger el 67, con este llego a mi puesto de trabajo, y a medida que pasa el tiempo de espera unos 10 minutos, más o menos, notas como el aguanieve de la salida, ha cambiado a nieve, que ahora caía y empezaba a ser pesada y cada vez hacía más frio. Estaba ansioso de que llegase el bus para poder subirme a él y dejar de tener frio durante el trayecto.
Llega el autobús y yo alegrado por su llegada y así cesaría mi frio, no es tan mi sorpresa, que el conductor nada más entrar nos dice que la calefacción no funcionaba. Que gracia, pensé, no había otro día para que no funcionará, tenía que ser hoy. Mientras iba subiendo hasta Esplugues apreciaba que la nieva ya estaba cuajando, donde más se notaba era en el césped por donde pasaba el tranvía, yo estaba cada vez más impresionado por la oleada de nieva que estaba cayendo.

Al fin llego a la última parada de mi trayecto y decido ir directamente hacía la empresa, para dejar de tener frio, sabía que allí si estaría caliente. Antes de estar decidí hacer una foto, al la estampa nevada, ya que al ser algo totalmente inusual aquí quería tener un recuerdo. Para la foto escogí un árbol el cual estaba algo nevado y al estar ennegrecido por el aguanieve del principio, parecía que fuese un retrato completamente navideño y alegre.
Me dispongo a subir hacia la séptima planta, mientras subía por el ascensor, el cual daba a la calle, podría apreciar como los coches de la Renault de al lado comenzaban a tener la nieve sobre ellos. Llego a mi silla y me siento, eran las 14.57 había llegado 3 minutos antes no me importaba. Mientras trabajaba en un ordenador, actualizándolo e instándole sus programas correspondientes, de vez en cuanto, miraba por la ventana que había al otro lado, y veía como la nieve empezaba a apretar, los compañero iban hablando con familiares y amigos, y algunos decían, que habían mandado a todos los trabajadores para casa, por si la cosa empeoraba, mientras que nosotros seguíamos trabajando. Preguntamos al jefe que hacíamos, porque tenía pinta de empeorar bastante algunos de ellos se marcharon por que vivían en ciudades las cuales, no sabían si llegarían a casa esa tarde. A mí, me dijeron si crees oportuno irte márchate, yo pensé bueno esperare un poco a ver qué pasa, no creo que empeore mucho más - gran error pensar eso - eran las 17.00 y el jefe me dice, márchate por que como esto empeore los transportes públicos cesarán su funcionamiento, y aquí le dije, vale me marchó, no me lo pensé dos veces, visto como estaba nevando decidí marcharme.
Al coger el ascensor, volví a mirar a ver cómo estaban los coches de la Renault, y cuál fue mi asombro que estos estaban cubiertos de nieve, casi no se diferenciaban los coches del suelo, es aquí cuando yo me preocupe, pensando, ojalá pase algún bus.
Por suerte la parada está al lado de la empresa, al acercarme y ver que había mucha gente, me extrañe, pero también eran las cinco, algo lógico pensé. Tras estar casi media hora a la espera de un autobús y ver que no pasaba ninguno, decidí irme andando y si venía alguno cogerlo en la próxima parada. Al llegar a la parada, mi sorpresa fue que alguien nos dijo a mí y a la gente que estaba allí, que los autobuses no funcionaban, han parado en el sitio en que estaban y esperan respuestas de la central. Una señora preguntó: - ¿Y el tranvía? El hombre le dijo: - Nada señora, únicamente está en funcionamiento el metro.
Y aquí empecé mi caminata hacía la estación más próxima de metro San Ildefonso, que es donde me bajo para cambiar de autobús, más o menos unos 10 minutos en bus, así que echando cálculos, andando no serían más de quince o veinte, pero eso sin tener en cuenta la nieve, con la nieve en tus pies todo es más complicado. Para empezar la nieve es agua, al pisarla humedece todo lo que toca, y mis pies empezaban a estar empapados de agua, luego el pantalón, corto no iba a ser así que mis bajos empezaban a estar también mojados y aunque fuera con el paraguas, mi chaqueta estaba llenándose de nieve y se estaba mojando. Al enterarme de que únicamente solo funcionaba el metro, decidí llamar a casa para que supieran que llegaría más tarde de lo habitual, aun habiendo salido una hora antes. Otra sorpresa más, mi teléfono no daba señal, aún estando a lleno de cobertura, cosa que no entendía, al final, fue mi madre quien me llamo preguntándome como estaba, tras contarle la expedición que estaba haciendo - a todo esto hay que añadir que el trayecto entre mi trabajo y la parada de metro, no me lo sabía muy bien, que iba un poco por intuición - le dije que en cuanto llegase a Bellvitge le diría algo, si el móvil me dejaba claro está. Mientras recorría las calles de Esplugues veía como los coches empezaban a patinar en la carretera y pensar que tenía que pasar por ellas para cruzar, me daba coraje y no pasaba ninguna hasta no ver que el coche quedaba parado completamente.
Estaba a punto de llegar a la parada de metro, y el frio que al principio recorría únicamente mis pies, ahora empezaba a notarlo que subía por las piernas, además de notarlo en todo el cuerpo por el viento que hacía.

Al fin llego al metro, tras bajar con muchísimo cuidado las escaleras, empiezo a notar un calorcito el cual daba gusto, nunca pensé que el calor que desprendía el metro al entrar me alegraría tanto. Tras recorrer la línea llegar a Plaça de Sants, cambiar de línea y coger ahora la roja para llegar al Bellvitge, estaba tranquilo una vez llegué a Bellvitge, ya empezaba a estar angustiado, porque si en Esplugues no pasaban autobuses, y uno de ellos es el L10, era lógico que por aquí tampoco pasarán, pensé que a lo mejor alguno que había salido, seguía funcionando, porque estaba en la carretera y acabaría la ruta para quedarse parado en el Prat pero no fue así, hablando con la gente en la parada, a la mayoría nos confirmaron que no había ningún bus dirección el Prat, que tampoco intentásemos coger taxis, porque estaban en las mismas. Así que durante un rato, estaba parado pensando en que hacer, hasta que se me ocurrió, el ir andando, que más me podía pasar, aunque la idea pareciese descabellada hubo un hombre que dijo: - Me voy andando, el que quiera seguirme que me siga.
Al momento, me apunté a la segunda expedición de mi día: Bellvitge - El Prat. Cuando alcé la voz, para decirle que me iba con él, cuatro chicas y una señora dijeron que se venían con nosotros.
Empezamos el rumbo hacia el Prat, íbamos cambiado de derecha a izquierda según como estuviese la nieve, la calzada, si era agua, cambiábamos al otro lado, porque allí quedaba nieve y sería más fácil caminar sobre ella. Mientras íbamos avanzando, intentábamos parar algún coche a ver si por solidaridad se para y cogía a alguno de nosotros, pero no hubo suerte, íbamos más rápidos que los coches, sabíamos que llegaríamos antes de quien nos recogiese, pero el hecho de estar en un sitio caliente nos superaba, es aquí cuando el agua que tenía solo en los bajos llegaba ya a las rodillas, iba segundo en la hilera que habíamos echo y al llegar a la gasolinera que esta antes de la entrada al Prat, decidí ponerme atrás por si las moscas en cualquier momento, alguna de las chicas caía al suelo. Pasamos el puente a duras penas, porque resbalaba un poco y temíamos caernos, pero pasado ya el puente llegamos a nieve firme por así decirlo, y estábamos tranquilos.
Aún nos quedaba cruzar la carretera de entrada al Prat, para poder decir que llegamos al Prat, aquí los coches pasaban y no se les veía por frenar un poco, así que tuvimos que aumentar el paso, con cuidado de no resbalarnos por el hielo, que había en el suelo, una vez pasamos el cartel que pone "Benvulguts al Prat de Llobregat" el cual no se veía, únicamente se apreciaba la letra "P" de Prat.
A partir de aquí cada uno ya empezó a coger camino hacía su casa. Desde aquí a mi casa no hay gran cosa, únicamente ir con cuidado de no resbalarme, encontrarme un muñeco de nieve, que pensé, cabrón tú has disfrutado de la nieve, mientras que yo he tenido que realizar nos expediciones, para llegar hasta aquí.

En conclusión, la última expedición ha sido la más difícil, la primera pensaba que me perdería por Cornellà o Esplugues, pero supe llegar. Pero en la última pensar que un coche empezase a resbalar no poder frenar a tiempo, y que se nos llevará por delante... no tiene explicación.


lunes, mayo 18, 2009

El Pasajero

- ¿Creíste que las cosas iban a ser fáciles?
- Sí, eso fue lo que me dijiste.
- ¡Jamás! Nunca te diría una mentira como esa, en esta vida nada es fácil, tú puedes hacer que sea más fácil, pero antes tendrás que experimentar las maldades que se nos plantean.
- Entonces, ¿Tampoco podré ser feliz, no?
- La felicidad, es algo que todos buscamos, algunos más que otros, pero no digo que no llegues a alcanzarla. Será algo duro y complicado, pero mientras vayas creciendo y no pierdas la esperanza veras como puedes encontrarla.
- ¿Tú la has encontrado?
- Jovencita, todavía no la he encontrado, pero tengo alegría en mi vida, ya que poseo pequeños momentos, detalles que hacen que la vida me sea más fácil y no perder la esperanza ayuda mucho. Tengo amigos que hacen que los malos momentos no este solo y con ellos he superado miles de dificultades y puedo seguir alegre. Aunque en cierta manera yo no busco la felicidad o por lo menos yo no lo llamo así.
- ¿Y cómo lo llamas?
- Paz interior, pienso que si estoy en calma conmigo mismo, sin preocupaciones, no temerle a nada, tendré realizada mi vida y podré marcharme tranquilo.
- ¿Marcharte, a dónde?
- Aún eres joven, no lo entenderías, pero he viajado mucho, he visto lugares inesperados, he recorrido ciudades, que ojalá puedas verlas cuando crezcas. Una vez este en calma me iré al único paraje del mundo que me queda por ver, aunque antes de ir allí debería de pasar por mi ciudad natal.
- ¿Cuánto hace que te fuiste de casa?
- Pues hará como unos veinticinco años, que ando de aquí para allá. Hace cinco años estuve cerca de regresar, pero no creía oportuno aparecer por allí, no me queda gran cosa allí, algunos amigos con los que me escribo de vez en cuando, pero casi no se acordaran de mí, no sé si al volver querrán verme de nuevo.
- ¿Por qué dices que no te queda gran cosa allí, no tienes a tus amigos, como no van a querer verte si son tus amigos?
- Sí que lo son, o por lo menos lo creo, pero me fui repentinamente de allí, solo les deje una carta a cada uno de ellos con una despedida, diciéndoles que no sabía cuando volvería, han pasado ya veinticinco años de aquella noche, no sé como se lo tomarían. Aunque… me gustaría volver únicamente para verlos y hablar con ellos.
- ¿Por qué no vuelves? Si tantas ganas tienes deberías ir a verles. ¿No crees?
- Ahora que lo mencionas, tienes razón debería de volver, reencontrarme con ellos, pero no acabaré haciéndolo, es la costumbre, cada vez que estoy cerca de allí, me alejo más, no tengo suficiente valor.
- ¿Cómo no vas a tener el suficiente valor? Has estado viajando durante veinticinco años, solo has hecho que recorrer mundo. Dejarlo todo atrás, y vivir unas nuevas experiencias, situaciones, ¿eso no es tener valor? No tienes ningún sitio más a donde ir, ves plántate en el aeropuerto, coge el primer avión con rumbo a tu casa, aprovecha el tiempo perdido con ellos, recupéralo, dales una sorpresa y disfruta tu tiempo con ellos como hacías antes.
- ¿Cómo me voy a ir, y te voy a dejar a ti, aquí sola?
- He estado siempre sola, hasta que nos encontramos, ahora gracias a ti, se mucho de la vida, tengo amigos en los que confiar, contarles mis penas, soy como tú hasta antes de empezar a viajar, y lo sabes. Tienes claro que de aquí nada me iba a ir a viajar como hiciste tú, y quiero que mi primer viaje me encuentre contigo, así que ya sabes que tienes que hacer, ¿verdad?
- Sí lo sé. Gracias, espero verte pronto.
- Corre, nos veremos pronto, no te preocupes.
- ¡Adiós!
- Adiós no, hasta pronto
.
Algo nuevo e inesperado, son conversaciones
de un viajero a sus amigos, espero que os guste.
Un saludo.

miércoles, octubre 01, 2008

Reflexión...

Todos tenemos cosas que no nos gustan que salgan a la luz, pero cuando se hacen actos los cuales, quieres arrepentirte pero por puro orgullo o por el mero hecho de no aceptarlo no se es capaz de reconocerlo. Con ello no quiero decir que todos tenemos que deshacernos de nuestros temas más oscuros, siempre podemos tenerlos reservados para nosotros y mantenerlos ocultos por miedo a ser discriminados por los demás.

Muchas de esas cosas la gente no es capaz de entenderlas aunque muchos acaben por entenderlas, pienso que aunque digan que lo entienden, la verdad es que no son capaces de ser sinceros consigo mismos. No obstante aquellos que nos mantenemos hasta el final con nuestras ideas y que no caemos en el error de decir que lo hemos logrado entender, somos los más discriminados, ya que poseemos unos principio, véase el racionalismo, que las cosas ilógicas no nos cuadran, como dijo Descartes 2 + 2 = 4, y es imposible que sea otra cosa distinta, si lo es, implica estar equivocado.

Aunque entienda posturas ajenas a la mía, no soy quien para decir lo que está bien o está mal, ya que alguien como yo que no cree en un Dios, tampoco creo en el bien ni en el mal, y para los empiristas mis razonamientos no tienen lógica, porque ellos se guían por unos sentimientos en los cuales a mi no me sirven porque ellos me llevan a errores en los cuales no quiero caer nunca, sé que mis razonamientos tienen fallos, para ellos, pero para mí son de lo más correctos y lógicos, aún así reconoceré mi error, el de haberme sobrepasado con el tema, pero recalco que reconozco que me he pasado, pero no me arrepiento de haberlo hecho.






No necesito velocidad, solo mas viento, surfear, la ola que nos sacudió y nos escondió en algún mar, con esto tiempo cualquiera esta en el momento en el lugar, siempre soñamos que vuelva a pasar y yo, que no ocurra mas.

lunes, julio 07, 2008

Vuelve a sonríer.


Lástima, hoy no estás conmigo, parece ser que estas vergonzosa y te escondes detrás de un tupido velo de nubes. ¿Por qué lo haces? No quieres darme fuerzas para seguir adelante o es que vas a mostrarme tus ojos llorosos, son tan bellos que no me apetece verlos llorar, eres mi musa y necesito verte sonriente, solo necesito eso.

Me gustaría verte o notarte, aunque solo sea mandándome esa señal que utilizas cuando no te puedo ver, sí, tus jóvenes pupilas de musas, que me sirven de inspiración para poder escribirte algo y seguir hacia adelante.

Vuelve a sonreír la musa que un día creí perder, sigue luciendo como hasta ahora, no pares, despiértame si es necesario, hazme sacar todo lo que sabes que sé hacer. Muéstrate ante mí todas las noches en las que miro al cielo en busca de tu resplandor blanco que me hace ser feliz.

Espero sentando a que vuelvas a salir, aferrándome a mi poca fe para que me regales una sonrisa con la que pueda seguir adelante, y no ceder, no decaer ante ti ni ante nadie.

Gracias por pasar las noches conmigo, por brindarme con tu belleza y tu resplandor que me hacen cada vez más fuerte, gracias.



Nuevo escrito corto a mi musa, mí deseada Luna. Espero que os guste.

miércoles, mayo 28, 2008

Palabras para la Luna


Una noche te vi, y me quedé prendido de tu belleza. Siempre supe que jamás te podría alcanzar, pero aun así lo seguiré intentando.

Espero que llegue la noche en que yo este junto a ti, allí donde tú estás. Siempre sueño contigo, ya que todas las noches te veo al acostarme, decido asomarme a la ventana para poder observarte un rato y disfrutar de tu encanto.

No conseguiré olvidarte, también será porque no lo deseo, siempre estas dentro de mí, eres la única que me da fuerzas para seguir adelante y poder hacer lo que hago y lo que me gusta, solo tú me das esa fuerza.

Por eso gracias, lástima que no puedas leer esto, tampoco podrás escucharlo, pero sé que lo sentirás ya que siempre te llevo junto a mí.

Algo corto, pero intenso. Escrito en un momento de relajación, espero que os guste. Gracias por seguir pasando por aquí y dedicar una mínima parte de vuestro tiempo, para leerme.

domingo, mayo 11, 2008

1 Añito!

Si darme cuenta ha pasado un año desde que empecé a escribir en este blog, cabe decir, que tenia otro y que aquello no pude continuar y este lo tenia de hace tiempo, pero verdaderamente, el año lo hizo el 1 de marzo, y estamos a 11 de mayo y me he dado cuenta, jeje.

Menuda cabeza la mía, para el año os quería poner algo nuevo pero lamentablemente no he tenido tiempo, estoy tan atareado, que no me acorde. Lo lamento pero pronto subiré algo.


Saludos a todos!