“…Y si el miedo me coge y me mata
y si el miedo me arrastra hasta el sitio en que no quiero estar,
y si el miedo me engancha
sólo te pido que nunca me dejes de hablar
y si el miedo me gana este pulso
y si el miedo me invita a mi sólo a jugar
y si el miedo me pide mi cuerpo
doy la espalda y le digo no quiero jugar…”
El miedo es un sentimiento, y no es producido por la ignorancia como pensaba yo antes, sino que tiene la función de protegernos o avisarnos de una situación real y peligrosa, por eso no lo produce la ignorancia, sino lo conocido. Es el responsable de hacernos recordar situaciones que han podido ser traumáticas y no queremos volver a pasarlas, pero para eso está el miedo para recordárnoslo y conseguir superarla.
Cuando el miedo empieza a surgir, al momento nos damos cuenta, ya que el corazón nos palpita más fuerte y las manos nos sudan.
Lo sentimos cuando sabemos que algo no va a salir como uno quiere, es decir, sentimos miedo al rechazo, a las pérdidas y también a los cambios.
A partir de esto creo que todos os habréis dado cuenta, y sino os lo diré. El miedo es nuestro más sincero amigo, siempre está con nosotros, nos acompaña a lo largo de nuestra vida, manifestándose en situaciones incómodas y no desconocidas como pensaba, es decir a causa de nuestra inseguridad es surge de nuestro corazón.
Vuelvo con mi filosofía, tras un parón y descanso de mi mente, vuelven a surgir estos pensamientos que incomodan a todos mis lectores. Aquellos que les guste la historia que estoy escribiendo que no se asusten porque la seguiré escribiendo.
3 comentarios:
mR.a tiene algo que decir acerca del miedo. El miedo es innecesario. El miedo, como temor no sirve para nada, tan solo nos entorpece. El miedo es inseguridad y la inseguridad nos quita fuerza. El miedo es para los niños, para aprender que es lo que hay en el mundo, pero cuando ya tienes dos dedos de frente tienes que darte cuenta de lo poco que te va a servir el miedo.
El miedo te cogerá, te llevará con él y te hará sentir insignificante, te tendrá a su merced y finalmente, cuando seas débil, te hará llorar. Yo no quiero el miedo en mi vida. Y si viene, que venga, lo acogeré con el puño cerrado. Y si me gana, le volveré a esperar, pero esta vez con los dos puños cerrados. Y así hasta que no pueda más. Porque nuestros miedos los tenemos que afrontar, por mucho que nos pese y cueste.
Ale ale, me he quedado agusto xD. Espero haber sido de útil aportación.
Atte. mR.a!
yeeeeepa aki la doneta del mariT!
mmmm...los dias de lluvia son fuente de inspiración!! sal y mójatE :P!
haver si actualizas la historia...leleréleré!!
bss
sinceramente me parece un ensayo de filo... no se si eso es lo que quierias transmitir saludos ;)
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